Ha sido un proceso lento que se ha ido gestando dentro de mis inquietudes a fuego lento, durante muchos meses y ahora es el momento.
Echar alas significa muchas cosas. Una de ellas volar: lo más lejos que pueda. Columpiarme: siempre que sea posible. Viajar: cuanto más mejor.
También es madurar y decir "vamos". Aunque esté cansada, aunque haga muchísimo frío, aunque no me apetezca mucho, aunque no sea el mejor día ni momento, aunque mil excusas. El tiempo no lo volvemos a recuperar y no quiero verlo pasar sin exprimirlo.
Con toda la ambición del mundo confieso que espero conseguirlo. Ya estoy en ello. Las vacaciones han sido supercalifragilísticasespialidosas y la vuelta a la rutina también.
Empezando a volar sin miedo.
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Ojalá nunca más le quiten a nadie su libertad de expresión, su lápiz, papel y libertad. Je suis Charlie.
Me encanta tu propósito para 2015. Yo estoy igual que tú. Me he propuesto volar lejos, al menos viajando. Me encantaría también irme a vivir fuera una temporada, pero mientras haya trabajo aquí y esté contenta tampoco vamos a despreciarlo! Jeje.
ResponderEliminarUn beso, Anna!
@Marta, qué bueno compartir propósito e ilusiones!! Echar a volar es también hacer más cosas cada día y no perder el ritmo frenético. Adiós pereza, adiós "lo dejo para mañana", adiós "hoy, no". El 2015 será la bomba!!!
ResponderEliminarUn besote