Agárrense

Hoy me he propuesto daros un motivo más para creer que si se quiere, se puede. Se pueden perseguir los sueños nadando en la mitad del océano mientras cae una de las tormentas más feroces jamás vistas. Te puede dar un ataque de risa el día más gris del año. Puedes comer el trozo de tarta más grande el día que más lo necesites y que te quiten lo bailao. Puedes sobrevivir a lo que te propongas, aunque haya días en los que malvivas falta de sueño, de sonrisas, de abrazos, de llamadas y de whatsapps pendientes.

Y ya verás cuando llegues a la cumbre. Cuando no tengas que subir más. Cuando no tengas que nadar más a contracorriente. Por un momento te sentirás fuera de lugar, sin saber muy bien qué hacer, qué decir o hacia donde ir. No tengas prisa. Detente en ese instante, ahora que lo tienes agarrado no lo dejes escapar. Saboréalo, haz la croqueta. Es tuyo, retenlo y piensa bien que será lo siguiente. Bailar, gritar, abrazar, llorar, o simplemente, respirar. Todo vale. Mientras lo celebres y sigas dándolo todo.

Ahora que vas de bajada, no pises el freno. Ya lo tienes, es tuyo. No tengas prisa en deshacerte de él pero tampoco lo retengas para siempre. Le has cogido tanto gustillo que querrás nuevos retos, insuperables, para convertirlos en superables.


Todo esto te lo cuento mientras voy en caída libre, cuando bajo el Portalet, después de subirlo, y terminar con 4 meses muy duros, en los que me matriculé de 7 asignaturas el día antes de que me comunicaron un cambio de puesto de trabajo y cuando me vi de lleno en un proyecto que latía con mucha fuerza y era mi deber contribuir a que continue latiendo cada vez más fuerte. Ocurrió en medio del invierno más largo, en una primavera que casi no he saboreado pero ahora ya no piso los frenos. Voy directa al verano y no pienso frenar. Agárrense.

Todo esto lo cuento por si hay alguien sufriendo la travesía del desierto, para darle un poco de esperanza. Porque si se quiere, se puede. Conseguirlo es un éxtasis de emociones. Le animo a que siga en el empeño y no se le vuelva a pasar por la cabeza abandonar para seguir malviviendo. Porque al final, la vida vuelve. Y qué maravillosa es.

Es tan maravillosa que despido el domingo con una sonrisa, y en mi caso, hacía meses que no ocurría. Llega lo bueno, lo mejor. Llego a compartir más historias, tenía ganas porque me he dado cuenta y ya estamos en junio. ¡Qué locura!

1 comentarios:

  1. Me alegro mucho por tí, que tengas muy buen verano, como dices el invierno a sido duro, para mi tambien, lo que cuenta es nuestro hafan de superación,aunque muchas veces no se llegue a la meta propuesta.
    Un beso

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