Yo los llevo siempre. Pequeños y discretos, pero siempre. Y casi siempre los mismos. Menos esta semana porque haciendo limpieza en los armarios de casa he encontrado una cajita llena de pendientes, de cuando a principios de la veintena me rechiflaban y los tenía de todos los modelos y tamaños. Resulta que he encontrado unos brillantes pequeños y he decidido cambiar por unos días, a ver cómo me siento de favorecida con ellos.
Hablando de pendientes, ya he dicho que soy bastante clásica y hace ya unos años que llevo unas perlas pequeñas. Me siento cómoda con ellos y no me molestan. Esencial cuando no me los quito nunca. Jamás salgo de casa sin ellos y me pregunto si soy la única con esta extraña manía...
Como en todo... tengo flechazos, como estos pequeños pendientes de Elephantine. Que me dicen que me quedarían genial. ¿Soy la única?
Y si pudiese elegir, también me atrevería con este en forma de corazón. Continúa siendo discreto pero es atrevido. Porque al fin y al cabo, la veintena es para ser atrevida y dejar de lado los convencionalismos.
Del complemento de toda la vida... al descubrimiento en la veintena larga, ya os lo conté :)
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